En su cálido hogar, la leyenda del Club de Deportes Antofagasta, don Juan Pelayo Ayala, me recibe junto a su esposa, la Sra. Nancy. En la entrada, tienen un pequeño museo con fotos inéditas que simplemente prolongan mi lista de preguntas. A sus 82 años, don Juan se muestra más lúcido que nunca e incluso corrige fechas que yo tenía erradas. Le brillan los ojos y sonríe picaramente al recordar su pasado deportivo. Una conversación enriquecedora con un gran profesional y a la vez, un caballero del fútbol.

¿Cómo llegó al fútbol chileno?
Me encontraba en preparación para disputar la Copa Libertadores en el año 68 con Libertad cuando Lucio González y Barreto me invitaron a jugar en Chile. Estaban en busca de otro jugador, pero junto con un empresario vieron que yo tenía más potencial y necesitaban a un puntero izquierdo. Además, Lucio y Barreto avalaron mi buen comportamiento fuera y dentro de la cancha.
¿Sabía a qué equipo venía?
Estos dos muchachos me dijeron que era Antofagasta. Cuando llegué… uff, puro cerro. Ahora está todo cambiado.
¿Alguna razón en particular para salir de Libertad?
Tuve un pequeño problema con el presidente del club, que era libanés. Como presidente, él quería dirigir al equipo. En un partido viene, agarra la pizarra y empieza a armar el equipo, de ahí exploté y le dije: “Con todo respeto, hay un director técnico que fue campeón invicto en la Copa América en Perú (año 53)”. Luego de eso, me sacó del plantel sin goce de sueldo.
Imagino que cuando llegó esta oferta entonces lo dejó ir sin problemas…
Tal cual, me dejó ir tranquilamente… yo no sé ni por cuánto me vendieron, todo se manejó de manera interna. Además, el empresario que nos trajo nos robó toda la plata. No recibimos el dinero comprometido. El año 68 llegamos 18 paraguayos y a todos les pasó lo mismo. Es más, hubo una vez que fui a reforzar a Colo-Colo.
¿Me puede comentar sobre eso?
Cuando salimos campeones y fui goleador del ascenso, Colo-Colo me quiso llevar. ‘Pata bendita’ se encontraba en México y necesitaban un puntero izquierdo para jugar contra la selección de Rusia.
Qué partido más extraño…
Tremendo equipo. Agarraban la pelota, cambio de ritmo. De una esquina para otra, de puntero derecho al izquierdo, un estado físico impresionante. Unas máquinas totales, como será que a los 20 minutos íbamos abajo 4-0. Yo pateaba todos los tiros libres y no la pude meter. Rozaba el ángulo, pero no entró.
¿Terminó en goleada?
El segundo tiempo cambió la cosa. Como que se conformaron con esa ventaja y bajaron su rendimiento. Y nosotros lo único que nos quedaba era atacar, finalmente el resultado fue un 4-3 y lamentablemente no alcanzamos el empate.
¿Quién conformaba ese equipo de Colo-Colo?
Caszely, Chamaco, Valentini y los hermanos González.
¿Cómo lo recibió el plantel?
Muy bien, un equipo muy competitivo que siempre andaba en Copa Libertadores, y todos los jugadores de un nivel excepcional. Casi me fichan pero no se dio.
¿Cuál fue la razón?
En esos años Lota Schwager...
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